Los murales han servido como método de protesta no violenta para comunicar, denunciar e informar. Logran alcanzar a un público que no está informado ni involucrado en las violaciones de derechos humanos de un país, haciéndolos reflexionar sobre los temas plasmados. Sirven como acto de resistencia mientras promueven nuevos actores sociales. En Egipto los murales y el grafiti se usaron para denunciar el uso excesivo de la fuerza lo que promovió el involucramiento ciudadano en protestas; en México los zapatistas crearon murales como una manifestación visual por las injusticias y situaciones cotidianas mientras incorporaban elementos indígenas para comunicar la exclusión de los pueblos indígenas; en Estados Unidos se crearon murales cerca del Río Bravo para visibilizar las violaciones de derechos humanos de migrantes; en Alemania el East Side Gallery usa murales como memoria histórica y símbolo de paz y libertad.
El bosque de los sueños busca a través del ARTivismo promover valores democráticos, la paz, la justicia, visibilizando el deterioro de los derechos humanos y crear memoria histórica en América Latina y el Caribe. El proyecto trata de fomentar la empatía, la solidaridad y el apoyo a los que se han desplazado a los países de acogida y la participación ciudadana en los movimientos sociales a través del arte.